Historia
NACIMIENTO Y PRIMEROS AÑOS
En Quito, el 11 de Diciembre de 1874, nace ROSA ELENA CORNEJO PAZMIÑO, rodeada del silencio en el que se refugia la fe, el amor y la confianza en Dios, una niña a quien se le administra sin ninguna pompa el Santo Bautismo, el mismo día de su nacimiento, sus padres: Don José Cornejo y Doña Natividad Pazmiño, recibieron a su hija con ilusión y esperanza, las que inspiran el Señor respecto de aquellos seres los cuales se ciernen especiales designios de su paternal providencia.
Doña Natividad mujer de acendrada de y piedad, miembro de la Tercera Orden Seglar de San Francisco, tomó bajo su responsabilidad y solicitud cuidar y plasmar los sentimientos de su tierna hija. Cuando terminó sus estudios primarios, fue encargada su formación, podríamos llamar profesional, a una maestra experimentada en el arte de la costura.
VOCACIÓN
Frecuentaba la Iglesia de San Francisco. Tenía 16 años de edad, y grandes anhelos de servir al Señor de modo más Perfecto. Para realizar esos Anhelos pensaba que el mejor medio era Consagrarse a Dios como Terciaria Franciscana, hallando en la regla de la Tercera Orden un camino seguro para llegar a estos sueños.
Dios la iba preparando para confiarle una delicada misión. La quería desprendida de todas las cosas de la tierra, con un corazón libre para los amores sublimes.
UN HECHO DETERMINANTE
El 4 de Mayo de 1897, en la católica y señorial de Riobamba se cometió un atroz sacrilegio.
Embriagados los Soldados de la guarnición de esa plaza, asaltaron el convento y Colegio de los Padres Jesuitas, San Felipe. Penetraron el lugar Sagrado, echando bala, gritando blasfemias y entre grotescas expresiones celebraron como una hazaña esta profanación.
La noticia de este hecho vergonzoso, cobarde, sacrilegio corrió como un reguero de pólvora por ciudades, aldeas y campos de la Patria. Un enorme dolor y vergüenza invadieron los corazones Ecuatorianos.
Dios suscito en el alma de Rosa Elena Cornejo el anhelo de reparar aquel horrendo sacrilegio y desagraviar al Señor por este delito inmenso: y ofrecer a la Divina Majestad el testimonio del más grande amor, del más hondo dolor por estos nefastos hechos.
CARISMA
Dios Predestinó a Rosa Elena, más tarde María Francisca de las llagas, para esta magna obra, la fundación de nuevo Instituto Religioso en Ecuador.
A fines de Mayo de 1897, o sea en el mismo mes en que se realizó el horrendo sacrilegio de Riobamba, un grupo de Terciarias Franciscanas Seglares se reúne en la Iglesia de Cantuña, bajo la dirección de P. José María Argelich, franciscano, y tras las oraciones propias de la TOF, se entregaron a reflexionar sobre la gravedad del delito cometido.
Debían desagraviar al Señor. Surgió una idea maravillosa: fundar una Congregación Religiosa con personas generosas que consagrándose a Dios como religiosas fueran la ofrenda viva que ofrecía la patria en desagravio.
Fue así el 4 de junio del año 1897, al mes del sacrilegio de Riobamba en el viejo convento de la Recoleta de San Diego se reunieron 3 mujeres valerosas y pusieron así la primera piedra del edificio de la fundación, que como semilla del Evangelio, naciendo tan pequeña y humilde, crecería hasta ser árbol corpulento que extiende su ramaje hacia todas las direcciones de la patria y más allá de sus fronteras.
Dios llamó a Rosa Elena Cornejo Pazmiño y el encomendó realizar la empresa maravillosa de la fundación del Instituto de Hermanas Franciscanas Misioneras de la Inmaculada y nos legó el carisma de ADORAR, REPARAR A JESÚS SACRAMENTADO Y EL SERVICIO A TRAVES DE LA MISION REALIZADA EN LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES, PASTORAL EDUCATIVA, PROMOCIÓN SOCIAL, LA ACCIÓN PASTORAL Y CASA DE MISIÓN A LA MANERA DE FRANCISCO DE ASÍS. Todo esto supone sacrificio, abnegación a todo prueba, largas noches de oración, o de insomnio, largos días de espera y de constancia.
BREVES RASGOS DE SU PERSONALIDAD
Su doctrina espiritual está penetrada por la mística de San Francisco de Asís: pobreza, amor, sencillez, alegría; fue profundamente trinitaria y gozosamente cristológica. María Francisca de las Llagas era de un corazón bondadoso, fue firme y amó el sufrimiento, fue recta y creativa. Su carácter afectivo y reflexivo se manifestaba en su bondad y atención ante las necesidades de los demás. Escribió sus cartas, y en ella puso el caudal inmenso de su sabiduría religiosa, Sus cartas son lo más valiosos documentos con los cuales enriqueció a su instituto. Con lenguaje sencillo y directo, fue guiando a sus hijas por los más altos caminos de ascética franciscana.
La Virgen Inmaculada fue su horizonte, como estrella que guiaba su sendero, a quien amó entrañablemente y la rezaba con fe y constancia.
MUERTE DE NUESTRA MADRE FUNDADORA
Su vida de trato íntimo con Dios, de alma víctima, de sacrificio permanente en la obra reparadora al presentar cada día su ramillete de flores espirituales para reparar los pecados del mundo, se aproxima a dejar su vida terrenal y a votar a nuevos cielos al encuentro con su Padre Dios y es así que llegó el 24 de octubre de 1964, día sábado, a las 13h15, repitiendo SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS EN VOS CONFÍO, se apagó esta vida que iluminó con su luz y fulgor la vida del Instituto. Sus ojos cerrados para el mundo se abrieron para mirar y alabar a Dios. Tenemos la certeza que ella vela por sus hijas. Siendo centinela de su Instituto.
Acogemos el mandato de Cristo “Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación” a través de atención a los niños, niñas y adolescentes que estudian en sus centros educativos.
Misión y Evangelización
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